Aseguramos nuestro auto, nuestra casa, nuestra salud, incluso nuestra vida. ¿Por qué no asegurar también los ecosistemas, de los que dependen, entre otras cosas, nuestra economía?
En ese sentido, México avanza en un mecanismo de finanzas para la conservación, gracias a héroes desconocidos. Ciudadanos, comunidades, organizaciones de la sociedad civil, científicos y autoridades comprometidos con su labor, conforman un tejido social que día a día construye un mejor futuro para nuestro país.
Algunos de ellos, literalmente, reúnen fragmentos de patria y los vuelven a pegar con entusiasmo y esperanza. Son los protagonistas de una historia de éxito que tiene lugar en las costas de Quintana Roo. En el escenario convergen organizaciones internacionales, como Fondo para el Sistema Arrecifal Mesoamericano y The Nature Conservancy, la organización conservacionista mexicana Amigos de Isla Contoy A.C. y el Parque Nacional Arrecife de Puerto Morelos. María del Carmen García, directora de este parque, es una de las heroínas de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas. Ella, junto a múltiples voluntarios, después de la tormenta tropical Gamma y el huracán Delta, en octubre pasado, proporcionaron atención inmediata al arrecife. Esto con recursos del Fondo para el Sistema Arrecifal Mesoamericano. Estos fondos, al lado de cientos de horas de trabajo en el agua, contribuyeron a restaurar nuestros ecosistemas. La respuesta rápida posibilitó la estabilización de 2,152 colonias de coral y la cementación y el apuntalamiento de 5,143 y 8,428 fragmentos de coral, respectivamente.
Pero la crónica se remonta a 2010, cuando Claudia Alderman, experta en temas de conservación y uso sustentable de recursos naturales, propuso diseñar un seguro paramétrico para el arrecife. Claudia, en colaboración con el Fondo para el Sistema Arrecifal Mesoamericano desarrolló el concepto de la Iniciativa Mesoamericana de Rescate de Arrecifes, plataforma desde la que hoy se actúa, como un esfuerzo regional para aumentar la resiliencia y la capacidad de regeneración de este ecosistema marino y sus servicios ambientales y culturales. Por su parte, The Nature Conservancy diseñó el primer piloto del seguro para la mayor parte del arrecife de Quintana Roo. En la actualidad, el Fondo y Willis Towers Watson, empresa líder mundial en manejo de riesgo, afinan la herramienta.
Las innovadoras acciones del Fondo para el Sistema Arrecifal Mesoamericano y sus aliados durante la última década, han fructificado en la creación de un mecanismo ágil para proteger el sistema arrecifal con una póliza de seguro que permita costear la restauración de emergencia de sus formaciones coralinas cuando son afectadas por eventos climáticos, un auténtico logro de las finanzas para la conservación, que consiste en la utilización de instrumentos financieros para garantizar la permanencia de nuestro capital natural, un bien público esencial para la competitividad y el desarrollo nacionales.
Con ese modelo como referencia, México, en particular Quintana Roo, y sus vecinos, Belice, Guatemala y Honduras, de la mano de organizaciones de la sociedad civil nacionales e internacionales, suman capacidades y recursos para conservar este tesoro único que provee servicios ambientales a sus habitantes en materia de turismo, pesca y desarrollo costero, equivalentes a seis mil millones de dólares al año. Además, se trata de la barrera arrecifal más extensa del litoral atlántico, pieza fundamental de infraestructura verde para proteger la costa del Caribe, sus poblaciones y los activos construidos por el ser humano. En consideración a su valor inherente y por razones antropocéntricas, aseguremos su conservación y obsequiemos a las siguientes generaciones el beneficio de coexistir con maravillas de la naturaleza como ésta.